Y por otro lado, existen estudios recientes que muestran que cuando se trata de bienestar emocional hay factores que cobran mayor importancia en la salud mental de las niñas y niños como por ejemplo:
El contexto económico
La presencia de la familia nuclear o extendida como grupo de apoyo
Necesidades básicas cubiertas
Si bien es cierto que existen factores de riesgo asociados a las pantallas, estos deben entenderse desde una perspectiva más amplia relacionadas más con el “cómo”, que con el “que”. Es decir, que tiene un mayor impacto el “cómo uso las pantallas” (tipos de contenidos, tipos de plataformas, frecuencias de uso y competencias digitales), que el “que”, es decir, si hago uso o no del celular, las redes sociales, etc. Analizar estos factores es fundamental, ya que pueden convertirse tanto en barreras como facilitadores del bienestar emocional de las niñas, niños y adolescentes.
A continuación, relacionamos algunos aspectos relacionados con la salud mental y el uso de pantallas:
Aspectos positivos: Las pantallas pueden ser una herramienta valiosa al permitir el acceso a información, brindar apoyo emocional y facilitar la conexión social, especialmente para niñas y niños que se sienten solas o solos o aisladas o aislados.
Aspectos negativos: También pueden representar riesgos, como la exposición a contenido dañino, comparación social, ciberacoso, adicción, problemas de sueño y efectos negativos en la salud mental, como ansiedad, depresión o aislamiento.
Evidencia: Aunque se ha observado una relación entre el uso de pantallas y un declive en el bienestar psicológico, no hay pruebas claras de que una cause directamente la otra.
Factores clave: El impacto de las pantallas no depende solo del tiempo que los niños pasan frente a ellas, sino también de cómo las usan (de manera activa o pasiva), el tipo de contenido que consumen y el contexto en el que las utilizan.