Proteger a la víctima:
Creerles, validar y acompañar: Creer en su palabra, validar o ayudarle a reconocer sus emociones, mostrarle apoyo incondicional, agradecer su confianza para contar y hacerle saber que de ninguna forma es culpable o responsable de la violencia sexual cometida en su contra.
Tomar el control de las cuentas y dispositivos: Esto se puede hacer mediante el cambio de cuentas o contraseñas, cambio de tarjeta SIM o retirada del dispositivo.
Monitorear los contenidos: Instalar un control parental o filtro de contenidos que permita monitorear la actividad en los dispositivos que usan. Sí accedieron a estos contenidos porque alguien se los mostró o los incitó a verlos, se debe reportar a las autoridades.
Responder a las preguntas que puedan tener: utilizar un lenguaje apropiado para su edad y responder a las inquietudes que manifiesten.
En caso de encontrar evidencias en sus equipos, no almacenar ni distribuir imágenes o videos que involucren a personas menores de 18 años en una actividad sexual: no se debe “retwittear”, “repostear” o “compartir” el contenido y las cuentas e imágenes con la intención de que, de alguna forma, esta información llegue a las autoridades o por preocupación, indignación o rabia.
Hay que tener en cuenta que cada “compartir” o cada “retwittear” genera:
• Más visibilidad a un abuso que sufre una niña, un niño o un adolescente.
• Más visibilidad a una situación que nadie quisiera repetir.
• Más visibilidad a una situación que nadie quisiera que vieran otras personas.