Sin embargo, estos criterios son muy generales y no deben considerarse como decisivos a la hora de diagnosticar a una niña, niño o adolescente como ¨adicto a las pantallas¨, lo cual solo lo debe hacer un profesional de la salud conocedor del tema.
Un factor importante como madres, padres y cuidadores es observar los espacios, ambientes y frecuencia en los que los usos de las pantallas suelen ser problemáticos o excesivos y analizar si hay otros factores que intervienen en el compartimiento de la niña, niño o adolescente al retirar el dispositivo (celular, tableta, televisor, consola) o dar por terminado el tiempo de conexión a Internet.
Algunas preguntas que como madres, padres y cuidadores podemos hacernos son:
– ¿En qué otros aspectos de la crianza mi hija o hijo presenta reacciones similares?
– ¿Hemos acordado previamente límites de manera respetuosa en relación con el tiempo de pantalla, contenidos y espacios de uso?
– ¿Existen otras alternativas de ocio y/o socialización que mi hija o hijo pueda estar interesado en participar?
– ¿Con qué frecuencia se presenta esta situación en nuestro hogar? ¿Es la única persona de la familia que puede categorizarse por tener un uso problemático o excesivo de las pantallas?
– ¿Su hija o hijo ha intentado reducir el tiempo que pasa frente a una pantalla, pero no ha sido capaz de controlarlo?
– ¿Su hija o hijo parece sentir una necesidad urgente de estar frente a una pantalla, incluso cuando sabe que debería estar haciendo otras cosas importantes?
– ¿Ha notado que su hija o hijo necesita más tiempo frente a la pantalla para sentirse satisfecho o para obtener la misma diversión que antes?
– ¿Su hija o hijo se muestra ansioso, irritable o triste cuando no tiene acceso a su teléfono, videojuegos o redes sociales?
– ¿Su hija o hijo ha comenzado a descuidar sus responsabilidades escolares o tareas del hogar debido al uso excesivo de pantallas?
– ¿Su hija o hijo pasa una gran parte de su tiempo frente a una pantalla, incluso sacrificando actividades importantes como dormir, comer, hacer ejercicio o socializar con amigos y familiares?
– ¿A pesar de los problemas que el uso excesivo de pantallas está causando (como malas calificaciones, problemas familiares o de salud), su hija o hijo sigue pasando mucho tiempo frente a ellas?
– ¿Su hija o hijo trata de justificar su uso excesivo de pantallas, aunque sabe que está afectando otras áreas de su vida, como su salud, relaciones o rendimiento escolar?
Otros aspectos relacionados con la prevención y el manejo serán abordados en la sección de Prevención y Manejo.